Podríamos decir que Temple de acero es un western con todas las de la Ley si no fuera porque la nueva película de los hermanos Coen (Joel y Ethan) justamente deja la Ley de lado para internarse en los salvajes códigos del lejano oeste donde prima la violencia y el “ojo por ojo”. Una historia clásica muy bien narrada, mejor filmada y excelentemente actuada. Las palabras sobran, hay que verla
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